Disculpa pública para los pueblos indígenas
Mientras que el Papa Francisco pide perdón por los numerosos crímenes cometidos por la Iglesia Católica durante la llamada "conquista", algunos gobiernos nacionales continúan vulnerando sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de los pueblos indígenas.
En un encuentro con los movimientos sociales la semana pasada, el Papa pidió perdón públicamente a los pueblos indígenas de las Américas por «delitos» cometidos por la Iglesia Católica durante la conquista de los continentes. Durante su visita a Bolivia, el Papa tuvo además la oportunidad de conocer a Eliseu Lopes, de la comunidad de Kurusu Ambá y uno de los portavoces del pueblo indígena Guaraní-Kaiowá, en Brasil, que han vivido en la pobreza y sin acceso a sus tierras ancestrales desde 1970.
Al comentar sobre esta disculpa histórica, el portavoz de los Guaraní-Kaiowá destaca que el Papa escuchó con atención la historia de su lucha, a diferencia de los que gobiernan Brasil, incluyendo el Presidente. «Le dije que estamos viviendo una guerra, que nos estamos muriendo y que estamos siendo masacrados por hombres armados y por los políticos que participan en la agroindustria…, que lo que nos está sucediendo es un verdadero genocidio. Reclamé un futuro para nuestros jóvenes, y también ancianos», explica.
En su intervención, el Papa Francisco reconoció que se han cometido «pecados graves» contra los pueblos indígenas en el nombre de dios. «Quiero decirles algo, y quiero ser muy claro: Humildemente pido perdón, no sólo por los delitos cometidos por la Iglesia misma, sino también por los crímenes cometidos contra los pueblos nativos durante la llamada conquista de América «, subrayó.
A pesar del avance que esta disculpa pública representa, los Guaraníes-Kaiowá luchan por el acceso a sus tierras ancestrales desde que comenzó la expansión de los monocultivos de soja y caña de azúcar. La lucha de 40 años se ha visto impregnada de violencia y del desprecio del gobierno brasileño con respecto a los derechos humanos de los pueblos indígenas, a favor del sector agroindustrial.
En una gira por Europa, organizada por CIMI y FIAN Internacional el año pasado, Eliseu Lopes ya expresó su preocupación por el enfoque del gobierno brasileño. «[El pueblo indígena Guaraní-Kaiowá] no puede soportar la indiferencia del gobierno brasileño que parece incapaz de protegerlos mientras viven una crisis humanitaria.»
Los últimos acontecimientos, ocurridos en la tierra ancestral de Eliseu, son la clara prueba de la violación de los derechos del pueblo Guaraní-Kaiowá y la indiferencia por parte del gobierno: el 24 de junio de 2015, la comunidad Kurusu Ambá era saqueada e incendiada. A pesar del violento ataque, afectando indiferentemente a niños, el gobierno brasileño no ha tomado ninguna medida.
NOTA A LOS EDITORES:
El pueblo indígena Guaraní-Kaiowá en Mato Grosso do Sul (MS) – con aproximadamente unas 45.000 personas, habita en zonas limitadas desde que los monocultivos de soja y caña de azúcar se extendieron durante los 1970s. Estas personas indígenas padecen una pobreza extrema y viven sin acceso a la tierra. En noviembre del 2007, los Procuradores Federales Públicos (PFP) y FUNAI (Fundación Nacional para el apoyo a los Pueblos Indígenas) firmaron un tratado de Términos de Ajuste de Conducta, en el cual el Gobierno se comprometió a identificar y demarcar los 36 territorios de los/-as Guaraní-Kaiowá en MS para el año 2009. Sin embargo, esto todavía no se ha producido y los ataques a la comunidad indígena continúan.
Para más información, contacte delrey[at]fian.org