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Los gobiernos han de rechazar las soluciones corporativas contra el hambre

Grupos de activistas urgen a la ONU a que no acepte las falsas y lucrativas soluciones propuestas por las corporaciones para poner fin al hambre, coincidiendo con el lanzamiento del Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición, donde expone el “menú erróneo” que ofrecen estos sistemas alimentarios industriales.

Miles de campesinos/as, comunidades indígenas, de pastoreo y activistas de la Red Mundial por el Derecho a la Alimentación y a la Nutrición (RMDHANA) han lanzado un llamado a los gobiernos nacionales para que rechacen las falsas soluciones, centradas en la obtención de beneficios, aportadas por las corporaciones para poner fin al hambre y la malnutrición en la reciente Cumbre de los Sistemas Alimentarios (UNFSS)

El llamado coincide con la publicación anual de la Red, el Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición, No es nuestro menú: Falsas soluciones al hambre y la desnutrición – que subraya el demoledor coste humano causado por los sistemas alimentarios industriales, incluyendo su fracaso al abordar el aumento del hambre y la malnutrición en el mundo.

“El ‘Observatorio’ pone el foco en el sufrimiento que viven las comunidades campesinas, pesqueras e indígenas – y especialmente las mujeres responsables de producir la mayor parte de los alimentos del mundo – como consecuencia del aumento del poder ejercido por las empresas de la agroindustria”, ha afirmado Arieska Kurniawaty, responsable del programa del comité ejecutivo nacional de la organización de Jakarta Solidaritas Perempuan (Mujeres solidarias por los derechos humanos) miembro de la RMDHANA.

“Demuestra que el hambre y la malnutrición son problemas políticos y no retos de productividad o distribución que puedan resolverse a través de soluciones técnicas”, ha añadido Kurniawaty con motivo del Día Internacional de la Alimentación y el 25 aniversario del lanzamiento del paradigma de la soberanía alimentaria durante la Cumbre Mundial de Roma en 1996, un desafío directo que encaró las soluciones de seguridad alimentaria basadas en el mercado que promovía la Organización Mundial del Comercio.

“Si la ONU sigue favoreciendo la absorción corporativa de la alimentación, potenciando la producción alimentaria industrial, expandiendo su acceso a los mercados y enormes beneficios, la población deberá enfrentarse a luchas aún más duras para lograr un trabajo decente y alimentar a sus familias”, ha dicho Charlotte Dreger, responsable de incidencia política para sistemas de alimentación sostenibles en FIAN Internacional, secretariado de la red.

‘Platos de injusticias’

El Observatorio fue presentado durante un seminario online en el que ponentes del Foro Nacional de Pescadores, el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem, FoodShare Toronto, la Universidad Cornell y FIAN Internacional discutieron sobre el papel de los estados y las organizaciones intergubernamentales en la tolerancia e incluso promoción de falsas y lucrativas soluciones para alimentar al mundo.

La publicación incluye el popular suplemento Raciones de Injusticias, en el que se invita a la población a considerar el hecho de que, si bien el acceso a la alimentación es un asunto de vida o muerte, cada vez estamos más desconectados de los procesos de producción de estos alimentos.

“Urgimos a los estados miembro de la ONU a que se nieguen a entregar a las corporaciones el poder de decisión sobre lo que es mejor para la población”, ha dicho Dreger.

“La cumbre de la ONU no ha servido más que como altavoz político para que las agroindustrias transnacionales y las instituciones financieras puedan perpetuar los antiguos y fallidos medios para atribuirse el papel de alimentar al mundo. Asimismo, la cumbre ha aumentado las oportunidades para que las empresas puedan influir con más fuerza sobre los gobiernos nacionales en el tratamiento de la alimentación como una mercancía más que como un derecho humano”.

Allanando el camino para la absorción corporativa

El secretario general de la ONU António Guterres convocó el pasado mes de septiembre la Cumbre de los sistemas alimentarios en estrecha colaboración con el Foro Económico Mundial, una organización del sector privado que representa a las corporaciones más poderosas del mundo. Las conclusiones extraídas de la cumbre allanan el camino para que las macrocorporaciones expriman aún más ganancias de la población y de la naturaleza, a través de lo que han denominado el seguimiento de “áreas de acción” y a través del nuevo “centro de coordinación” creado en Roma, que pone directamente en riesgo todo el sistema multilateral de la ONU, según han advertido las personas miembro de la red.

“Estamos preocupados de que el proceso de seguimiento de la cumbre debilite la plataforma internacional de gobernanza alimentaria mundial más importante e inclusiva que existe, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU, así como el grupo de expertos de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el mayor interfaz de política científica innovadora de este campo”, ha dicho Sofia Monsalve, secretaria general de FIAN Internacional.

“A través de estas acciones de seguimiento, la cumbre está promoviendo un modelo de gobernanza multipartes, que coloca peligrosamente a las corporaciones al mismo nivel que a los representantes electos y a las comunidades”, ha añadido.

“Esto debilita el multilateralismo, la democracia y los derechos humanos”.

Captura corporativa y soluciones contra el hambre

La cumbre de la ONU ha listado más de 25 “soluciones de coalición” multipartes, encargadas de encontrar soluciones contra hambre y la malnutrición en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Una mirada más cercana a la composición de estas coaliciones revela una excesiva influencia corporativa. Muchas de estas están encabezadas o cuentan con personas expertas, científicos/as y consultores/as que trabajan para corporaciones o grupos ligados muy de cerca con las multinacionales.

Un ejemplo de esto es Compromiso del Sector Privado Hambre Zero, que apoya a la Coalición Hambre Zero, y fue lanzado por la Alianza Global por la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición (GAIN), con base en Ginebra.

Esta organización sin ánimo de lucro está directamente financiada por multinacionales como Unilever y Arla Foods, así como por las fundaciones Melinda y Bill Gates y Rockefeller. Asimismo, las fundaciones Melinda y Bill Gates y Rockefeller también financian la Alianza por una Revolución Verde en África (AGRA). La antigua ministra de agricultura de Ruanda Agnes Kalibata y presidenta de AGRA ha sido también la enviada especial en jefe de la ONU para la UNFSS.

Otro ejemplo es la Coalición de Acción 4 Salud del Suelo, surgida del centro de inversión del suelo de la cumbre. Según afirma la UNFSS, este centro tiene por objetivo la “creación de una masa crítica de empresas de cadenas de valor de alimentos y agricultura, así como actores de partes interesadas clave para que alínien las decisiones de inversión, los mecanismos y el capital hacia prácticas de agricultura saludables para el suelo”.

Un informe compartido en línea por la UNFSS revela que estas “soluciones” para el suelo están “inspiradas” en un documento de 2018 titulado El modelo de negocio para invertir en la salud del suelo, publicado por el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (CMEDS), una organización privada internacional de cerca de 200 empresas líderes. Entre las empresas miembro del CMEDS se incluyen compañías de fertilizantes, químicos y semillas como BASF, Bayer, Cargill, Corteva, DuPont, Nutrien, Sumitomo Chemical, Syngenta, UPL OpenAg, y Yara.

Se urge a los estados la transformación de los sistemas de alimentación corporativos hacia ha agroecología

A través de una declaración política firmada por más de 1000 organizaciones internacionales, regionales y locales, así como por personas particulares, la Respuesta autónoma de los pueblos a la cumbre de la ONU sobre los sistemas alimentarios denuncia la UNFSS “por desoír la urgente necesidad de abordar los gigantescos desequilibrios de poder que las compañías ejercen sobre los sistemas alimentarios” y urge a rechazar las “falsas soluciones que no harán más que seguir oprimiendo y explotando a las personas, comunidades y territorios”.

Asimismo, la respuesta urge a los gobiernos y a las instituciones internacionales a “respaldar las direcciones de sus constituyentes para transformar los sistemas alimentarios corporativos a través de la agroecología y la soberanía alimentaria”.

“El primer paso en esta dirección es el reconocimiento completo, la implementación y el fortalecimiento del derecho humano a una alimentación adecuada que es, además una de las obligaciones de los estados y las agencias de la ONU en materia de derechos humanos”, ha añadido.

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