El informe SOFI reconoce la urgencia de transformar los sistemas de alimentación
El Informe 2020 sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI por sus siglas en inglés), publicado el 13 de julio junto a la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) y otras agencias de la ONU, confirma la alarmante tendencia mundial al alza de personas afectadas por el hambre y la malnutrición en todas sus formas.
El pasado año, la cifra global de personas afectadas por el hambre llegó a los 690 millones y podría alcanzar los 840 millones en 2030. En sólo 4 años, el número de personas que sufre de severa inseguridad alimentaria ha aumentado un 27,3%. A esto podría haber que sumar de 83 a 132 millones de personas más en 2020 debido a la pandemia del COVID-19. Incluso sin tener en cuenta los efectos negativos del COVID-19, el informe SOFI insiste en que el mundo no va en la dirección correcta para acabar con el hambre en 2030, como establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2.
Este año, el informe SOFI incluye un apartado dedicado a la necesidad de transformar los sistemas de alimentación hacia la promoción de dietas más saludables y asequibles. Se estima que 300 millones de personas en todo el mundo no pueden acceder a una dieta saludable y variada como consecuencia del elevado precio de los productos y la falta de ingresos. Al mismo tiempo, el informe reconoce que los actuales hábitos alimentarios tienen un alto coste para la sociedad, tanto en el sistema de atención sanitaria como en la emisión de gases de efecto invernadero. Así pues, el informe SOFI concluye que un cambio hacia dietas más sostenibles y saludables reduciría los costes para la sociedad en su conjunto y hace un llamado para que se empiecen ya a aplicar cambios transformadores en los sistemas de alimentación y para que las “dietas saludables que tengan en consideración la sostenibilidad” se vuelvan más asequibles.
Aunque el informe resalta el impacto que esta forma de alimentación tiene sobre la salud y el medioambiente, el SOFI no presta atención a los costes sociales derivados del sistema de alimentación industrial, como son las prácticas de acaparamiento de tierras, la explotación laboral y las desigualdades de género, que afectan fundamentalmente a los pequeños/as productores/as, campesinos/as, pescadores/as, pastores/as, comunidades indígenas y a la población urbana pobre.
En conjunto, el informe SOFI no logra comprender que el hambre y la malnutrición son una violación de los derechos humanos. FIAN Internacional reclama la necesidad de adoptar una perspectiva del derecho a la alimentación que mire en detalle las causas estructurales que subyacen tras la imposibilidad económica de muchas personas para acceder a dietas saludables, como son la herencia colonial de la división global que existe en la producción de alimentos o las políticas que promueven la exportación de ganado y cultivos a expensas de una alimentación saludable, variada y tradicional de consumo local.
El informe también se queda corto al hacer referencia a la agroecología como un sistema de producción alternativo, y al hablar de la necesidad de establecer sistemas de alimentación localizados que se apoyen en la soberanía alimentaria, que es la clave para fortalecer la resiliencia y para garantizar el acceso a los alimentos, especialmente en tiempos de crisis.
“Para lograr una transformación real de los sistemas de alimentación es necesario aplicar una perspectiva sistémica y holística que esté basada en los derechos humanos. Esta transformación debería estar modelada por las personas más afectadas por el hambre y la malnutrición. Asimismo, es imprescindible que sus voces se hagan oír en los espacios de toma de decisiones, como son la actual negociación sobre las directrices sobre Nutrición y Sistemas Alimentarios del Comité Mundial de Seguridad Alimentaria de Naciones Unidas, y en la preparación de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021”, afirma Charlotte Dreger, responsable de Sistemas de Alimentación Sostenibles en FIAN Internacional.
Notas a los/as editores/as:
El informe SOFI 2020 sirve como aportación de datos para la Cumbre de la Naciones Unidas sobre los Sistemas de Alimentación de 2021, cuyo objetivo es ayudar a tener un mejor entendimiento y manejo de las complejas elecciones que afectan directamente sobre el futuro de los sistemas de alimentación, así como impulsar el progreso hacia los ODS de 2030. Más de 550 Organizaciones de Sociedad Civil firmaron en marzo de 2020 una carta dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas en la que exponen su preocupación sobre un proceso que está más bien beneficiando a las empresas transnacionales y al capital financiero.
El informe sobre el Estado del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición de la Red Mundial por el Derecho a la Alimentación y a la Nutrición, que se publicará el próximo 22 de julio, sirve como informe complementario al SOFI. El informe proporciona un análisis cualitativo y de derechos humanos sobre el hambre y la malnutrición, ausente en el SOFI.
Se incluirá un análisis más detallado del SOFI en el tercer Informe de Monitoreo del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición durante el COVID-19 en septiembre de 2020.
Para cuestiones relacionadas, por favor, contactar con Charlotte Dreger, dreger@fian.org, o Daniel Fyfe, fyfe@fian.org