Es tiempo de aplicar las reformas convenidas en las Directrices de la ONU sobre Tenencia de Tierras
FIAN Internacional reúne a más de 100 organizaciones de productoras y productores de alimentos a pequeña escala, pueblos indígenas, trabajadoras y trabajadores, comunidades urbanas y de la sociedad civil en un llamamiento urgente a los estados y a las Naciones Unidas para la promulgación de reformas agrarias que garanticen el derecho a la tierra.
La declaración Pertenecemos a la Tierra marca el décimo aniversario de las Directrices Voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en contexto de seguridad alimentaria a nivel nacional. La implementación de las directrices en 2012 por la ONU supuso un paso muy importante al basar la gobernanza de recursos naturales en los derechos humanos y el reconocimiento internacional del derecho a la tierra. Las organizaciones de base se han servido hasta ahora de estas directrices en las luchas sociales, medioambientales, de género y justicia intergenerational.
Sin embargo, diez años después de su reconocimiento, comunidades de todo el mundo siguen sufriendo acaparamiento de tierras, exclusión y violencia. La alarmante concentración del control de la tierra y de los recursos naturales en manos de corporaciones, inversores financieros y otros poderosos actores ha alcanzado niveles desorbitados. Asimismo, el considerable aumento del uso de la financiarización, la digitalización corporativa y los mecanismos de mercado para abordar el cambio climático no ha hecho sino exacerbar la expropiación y la injusticia. Las medidas aplicadas por los gobiernos durante la pandemia del COVID han beneficiado desproporcionadamente a corporaciones, firmas financieras y personas ricas.
La declaración hecha pública hoy urge un cambio radical hacia modelos sostenibles, saludables y social y económicamente justos. Para esto, resulta imprescindible abordar las causas estructurales de la exclusión, la desposesión, los conflictos y la desigualdad. La garantía del derecho a la tierra ha de encontrarse en el centro de las medidas que tratan de solventar las interconectadas crisis de alimentos, económicas, ecológicas, de salud, social y políticas a las que se enfrenta el mundo. Para esto, resulta fundamental que se asegure una distribución de la riqueza más sostenible y justa a través de reformas agrarias redistributivas y a través de la protección de los sistemas de tenencia colectiva.
Para más información, contactar con Philip Seufert: Seufert@fian.org