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CESCR: Mujeres rurales piden justicia y el fin de la destrucción ecológica en Honduras

El Estado de Honduras responderá esta semana en Ginebra a las preguntas del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) de la ONU sobre el cumplimiento de sus obligaciones en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. También tendrá lugar un diálogo informal con la sociedad civil para informar a los miembros del Comité sobre la situación de los derechos humanos en el país.

Lily Mejía, de FIAN Honduras, y una lideresa comunitaria de la región del Golfo de Fonseca se reunirán con el comité. También participarán en un diálogo interactivo sobre el impacto de las pérdidas y daños derivados de los efectos adversos del cambio climático en el pleno disfrute de los derechos humanos en la 57 sesión del Consejo de Derechos Humanos.  

Aumento del nivel del mar e inundaciones recurrentes

La lideresa comunitaria acompañado por FIAN Honduras pertenece a una pequeña comunidad pesquera cuyos medios de vida y derecho a la alimentación y la nutrición se han visto gravemente afectados por los efectos adversos del cambio climático y la destrucción ecológica. La subida del nivel del mar y las inundaciones recurrentes están destruyendo las casas y los negocios de la gente y poniendo en peligro su salud y su vida. El mar se está comiendo poco a poco el pueblo: en algunas partes se han perdido hasta 100 metros de costa en poco más que una década (ver diagnóstico sobre impacto del CC ). Los fenómenos meteorológicos extremos también están limitando la capacidad de los pescadores para salir al mar a faenar, reduciendo a veces a cero sus capturas e ingresos. La comunidad también tiene que hacer frente a la contaminación provocada por la cría industrial de camarones, una industria de exportación fuertemente promovida por el gobierno hondureño y que funciona con escaso escrutinio o supervisión gubernamental.

La combinación del aumento de la temperatura del agua y la contaminación ha provocado el declive de las poblaciones de peces, con la desaparición total o la escasez de peces y almejas autóctonos. Todo ello tiene un impacto dramático en el derecho a la alimentación y la nutrición de los miembros de la comunidad, que dependen de ellos para su sustento y subsistencia y tienen pocas alternativas para generar ingresos. La situación es similar en otras comunidades costeras (¿enlace al diagnóstico?). Como consecuencia, muchas personas están emigrando, desgarrando a las familias. 

Es urgente la acción gubernamental para proteger y apoyar comunidades en el Golfo de Fonseca y otras zonas rurales en el país en el contexto del cambio climático y la contaminación ambiental. En la actualidad, el gobierno está notablemente ausente, y las comunidades están abandonadas a su suerte. Además de los retos medioambientales a los que se enfrentan, las comunidades carecen de acceso a recursos naturales y de apoyo técnico y financiero como pequeñas productoras artesanales de alimentos y pequeñas empresarias, al tiempo que sufren discriminación y exclusión con respecto a los mercados y los sistemas de protección social. Estos y otros retos en materia de derechos humanos, así como las propuestas de las comunidades rurales -y especialmente de las mujeres rurales- se resumen en el informe sombra presentado por FIAN Honduras y FIAN Internacional al CDESC para el examen de Honduras.

Para más información, póngase en contacto con Laura Michele: michele@fian.org

 

 

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