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El CSA necesita reafirmar su independencia

Ante la próxima celebración de la cuadragésimo tercera sesión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), se realiza un fuerte llamamiento para que dicho comité mantenga intactas su integridad y su habilidad para actuar de acuerdo con lo dispuesto por su mandato.

Hoy da comienzo el cuadragésimo tercer periodo de sesiones del CSA, abriendo una semana en la que se debatirán la seguridad alimentaria internacional y las políticas nutricionales. Reconocido como el principal espacio a nivel internacional para el diseño de las políticas alimentarias, el CSA ha demostrado que puede marcar la diferencia, tal y como se establece en el informe del Mecanismo de la Sociedad Civil (MSC) centrado en la utilización de las Directrices sobre la Tenencia (DT). De hecho, en algunos países como, por ejemplo, Colombia, Malí, Myanmar o Argentina, las DT se han mostrado decisivas a la hora de abrir espacios para que los movimientos sociales y otras OSC puedan exigir su derecho a la tierra y a otros recursos naturales.

Al mismo tiempo, el CSA también debería ser el órgano principal en la creación de unas políticas coherentes con el derecho humano a la alimentación y la nutrición (DHAN) y otros derechos relacionados. No obstante, durante los últimos años se han disparado los intentos de algunos países de prescindir de los derechos humanos como base sobre la que edificar las políticas alimentarias y nutricionales. En la misma línea, y ante la prolongada insuficiencia de financiación pública, la influencia del sector privado en el CSA es cada vez mayor. Esto supone un claro riesgo para la integridad del CSA, ya que pone en peligro su habilidad para actuar de acuerdo con su mandato sin atender a otros intereses.

Esa ha sido la experiencia en la sociedad civil. Tal y como subraya Sofía Monsalve, secretaria general de FIAN internacional, aunque algunas de las primeras experiencias en la utilización de las Directrices sobre la Tenencia del CSA han sido alentadoras, en la actualidad las organizaciones de la sociedad civil “tienen que defenderlas con uñas y dientes en cada debate político”. Monsalve advierte que “En vez de continuar trabajando unidas para promocionar una formulación de políticas innovadoras y progresistas que puedan atender las necesidades de aquellas personas más afectadas por el hambre y la malnutrición, las OSC están luchando para retener su espacio en la toma de decisiones y contra la regresión del sistema”.

A este respecto, existen una serie de asuntos que generan especial preocupación entre los miembros sociedad civil:

Monitoreo

Conseguir que los gobiernos sean responsables de sus obligaciones en materia de derechos humanos, así como asegurar la implementación de sus compromisos adquiridos en los foros internacionales, ha supuesto un desafío constante en todos los niveles de gobierno, y continúa siendo uno de los principales obstáculos en la gobernanza de numerosos sectores.

Los estándares del DHAN creados dentro del marco del sistema de derechos humanos de la ONU y los estándares construidos en anteriores procesos del CSA están interconectados y conforman un marco legal integral para la implementación del DHAN. En este contexto, los nuevos términos de referencia para el monitoreo que serán adoptados en este periodo de sesiones intentan incrementar la coherencia entre los diferentes procesos, y proporcionarán nuevos elementos para enriquecer los esfuerzos de monitoreo ya existentes en los niveles nacional y regional.

Desde el punto de vista de FIAN internacional, esta propuesta integral serviría para dar apoyo a aquellos grupos más afectados por las violaciones del DHAN, para que estos puedan exigir responsabilidades de una manera más efectiva. Es muy importante que su aplicación no sea obstaculizada.

Multilateralidad

La existencia de espacios multilaterales no genera automáticamente unos procesos inclusivos, equitativos, transparentes, caracterizados por la rendición de cuentas, ni tampoco se dirigen los resultados de manera automática hacia unas políticas basadas en los derechos humanos. Los Estados cuentan con una obligación especial al ser titulares de deberes en materia de derechos humanos, por lo que están obligados a proteger, respetar y garantizar el DHAN.

La toma de decisiones debe reservarse exclusivamente para los Estados, ya que estos reciben de sus ciudadanos y ciudadanas el mandato que les compele a acatar estas obligaciones, y deben rendir cuentas ante su ciudadanía en caso de incumplimiento.

El CSA es un espacio público único que dispone de la capacidad y el mandato necesarios para diseñar unas políticas de seguridad alimentaria y nutricional basadas en los derechos humanos. Los productores de alimentos a pequeña escala y los grupos más afectados por la inseguridad alimentaria y la malnutrición deben permanecer en el núcleo de cualquier decisión que se tome en el CSA.

FIAN Internacional participará en los debates y negociaciones desarrollados en el CSA, informando en directo a través de @FIANista

Si desea una mayor información, por favor, póngase en contacto con mattheisen[at]fian.org
Los medios de comunicación deben ponerse en contacto con delrey[at]fian.org